viernes, 27 de noviembre de 2015

Salud mental vs. Salud espiritual: #2 "Legalismo, religiosidad y falso self”


 Una de las tendencias humanas comunes es intentar lograr la mirada beneplácita de Dios a través de nuestro esfuerzo.
A través de lo que hacemos queremos aplacar su castigo.
Queremos sentirnos seguros de que el regateo con Él nos valga bien.
La teóloga Elsa Tamez llama a esto la “Ley del mérito”. Valor y posición de una persona a través de sus logros.
La religión considera que Dios es un secreto que solo se revela por medio de la disciplina y la práctica de dicha religión.
Bien conocido es el coro infantil que muchas veces se enseñó y cantó que decía; “Cuida tus ojos cuida tus ojos lo que ven pues tu padre celestial te vigila con afán cuida tus ojos cuida tus ojos lo que ven” y…seguía con cuida tus manos lo que hacen y cuida tus pies donde van.
Y si bien no está mal lo que decía cada estrofa, por otro lado develaba la idea de un Dios “Vigilador, castigador, que amaba pero que decía CUIDADO!! OJO!!!con lo que hacen.
Esta manera de ver a Dios genera distancia entre el hombre y Su persona.
La misma distancia que Dios salvó por Gracia, la religión la provocó con el legalismo y la falsa espiritualidad.
Una falsa espiritual que se va enquistando poco a poco en aquellas personas que padecen de un sí mismo no muy bien constituido, una escuela del psicoanálisis habla de un “Falso self” o sea una organización del Sí mismo que se va desarrollando patológicamente como producto de un fracaso muy temprano en la vida anímica pero que sigue su curso en un falso desarrollo , en una perdida de la autenticidad y reacciona defensivamente ante su entorno que puede ir desde actitudes totalmente “sobre-adaptadas” al medio hasta casos graves como patologías esquizoides o bordeline.
No es tan fácil darse cuenta de esto y menos todavía cuando la religión se hace presente porque   disfrazan detrás de ella con un alto nivel  intelectual y de obediencia extrema al “sistema de leyes”, esa “Falsa persona” perdiendo toda autenticidad impidiendo que se desarrolle el verdadero self espontáneo y autentico.
Se someten a los deseos y expectativas de “Otros” (en este caso el sistema religioso, la ley divina) pagando un precio muy alto para disimular lo vulnerable y frágiles que se sienten interiormente
Este legalismo se reproduce en las comunidades de fe y generan una relación de esclavitud con el evangelio y una percepción de lo que Dios es, muy equivocada.
No se habla de un Dios de amor, sino de un Dios severo y lejano al que hay que clamar por misericordia  para ganar su favor  para sentirse dignos de su gracia, como si fuera un evangelio de esclavitud (Stanley Slade)
Todo este esfuerzo por cumplir la ley  hace sentir al sujeto fallidamente seguro y perteneciente  pero poco profundo e íntimo en la relación con Dios.
 Si “algo se corre de estos rígidos esquemas” que construyen…se confunden y más cerrados y exigentes con cumplir la ley se ponen. Y si se repite el círculo una y otra vez.
Así se constituyen comunidades de reglas en vez de comunidades de gracia.
Lo importante no es la regla o la acción que se ve en la superficie sino lo que se esconde debajo, las raíces de esa acción. Si es la religión y el esfuerzo humano o la libertad y el espíritu. Porque debajo de esa superficie esta el individuo real.
Tomar contacto con esa tendencia intima es un paso significativo hacia la liberación del yugo de la religión y hacia la libertad y gracia para una vida genuina y autentica, fiel a Dios y al sí mismo.
Es la vía total para una vida comunitaria de Gracia que no traza líneas divisorias juzgando, exigiendo, imponiendo, cumpliendo sino aceptando incondicionalmente, temiendo a Dios , siendo sinceros con El, con los demás, empáticos y realmente unidos en el Espíritu no en la ley.
La religión provee las máscaras necesarias para  encubrir nuestras carencias, las macaras bloquean la vía hacia la comunidad genuina (Marcos Backer)
En Gal 2: 18 Pablo enfrenta un entorno donde la religiosidad se había hacho evidente aun en Pedro quien por acomodarse a los judaizantes cambiaba su actitud frente a los gentiles cuando los judíos aparecían en la escena, tal es así que Pablo deja un concepto interesante en este vs. Al decir que el pecado no era lo que hacían ni las actitudes en si sino la alienación que el legalismo y el viejo sistema del que él había salido por gracia provocaba.

"Un signo de salud espiritual es la posibilidad de vivir auténticamente siendo fieles a Dios a y a nosotros mismos."


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