domingo, 30 de agosto de 2015

Venenos que matan: Egolatria

La autoestima es esta valoración que cada uno tiene de sí mismo. No es innata ni se hereda genéticamente  sino que se construye en un proceso continuo de interrogación del mundo exterior.
Por eso lo social influye constitutivamente en la construcción de esta visión que tenemos de nosotros mismos.
“La autoestima es una experiencia  intima es lo que pienso y lo que siento sobre mí mismo”.(Luis Hornstein).
Cuando es óptima, abre posibilidades en las relaciones pero cuando no esta por ese nivel óptimo sino que va hacia abajo o hacia arriba, genera molestia y sufrimiento
Cuando Dios creo al hombre, lo hizo a imagen y semejanza de él, pero la caída colapso esa visión perfecta y el deseo de ser “Como Dios” creo todas las derivaciones que nos podemos imaginar  y entre ellas el VENENO de la egolatría, el egocentrismo, el egoísmo, términos que responden a un nivel MUY arriba de la línea optima de autoestima, exacerbando el narcisismo.
Así es que hoy nuestra sociedad padece de posturas narcisistas que desde lo  relativamente normal hasta lo patológico dejan a los sujetos presos de mirarse a sí mismos corriendo el interés y la entrega a los otros  cayendo en el individualismo y la soledad.
El egocentrismo equivale a una percepción distorsionada del mundo en la que se destaca mucho centro en uno mismo
El egoísmo: Es una exagerada defensa del interés propio menoscabando el interés de las personas que le rodean (lo contrario es generosidad)
La egolatría: es el ensalzamiento de uno mismo (lo contario es la modestia), preocupación extrema por sí mismo
Falta de empatía con otras personas.
Algunos síntomas visibles:
·         Reaccionar en la crítica con sentimiento de rabia, verguenza y humillación
·         Aprovecharse de otros para lograr metas propias
·         Exagerar sus logros y talentos
·         Estar preocupados con fantasmas de éxito, poder , belleza inteligencia
·         Requerir atención y admiración constantes
·         No presentar empatía
·         Perseguir metas egoístas
·         Tener obsesivo interés de sí mismo
·         Padecen un déficit en la percepción de los demás, una dificultad para identificarse con otras personas. Luego,  terminar solos y aislados.
·         Baja tolerancia a la frustración.
·         No aceptan criticas
·         Necesitan mostrarse todo el tiempo
·         Perciben a los demás en función de la utilidad que pueden darle
·         Se muestran poco vulnerables
·         Se mueven en el TODO- NADA
·         Son personas que luchan por destacarse, dominar hacerse admirar
La imagen reluce pero a la vez es débil porque cuando algo se presenta como amenazante a ese brillo, los invade la inseguridad.
El equilibrio narcisista esta siempre perturbado, hipotecado en defenderse de las experiencias negativas
Tratan de imponer su modalidad y nada les alcanza
Exigen, demandan. Ponen el problema siempre en los otros. Lo malo afuera y lo bueno se queda con ellos
Tiene conductas arrogantes y altaneras, se sienten por encima de los demás y califica de “Incapaces” a los otros.
Desinteresados en lo que les pasa a los demás o en lo que necesitan
Cree que merece  y demanda favores especiales usando a los otros para conseguir sus deseos
¿Cómo ayudar a personas  alcanzadas por este “Veneno?
Brinda una imagen de sí mismo valorando lo que realmente hay que valorar pero marcando las imperfecciones como algo natural de la experiencia humana.

Pero más allá de esto sabemos y compartimos que Cristo es quien puede devolver la imagen rota por el pecado y darnos una nueva identidad. El hace nuevas todas las cosas, nos brinda seguridad, paz, humidad y empatía. Cuando Su AMOR nos alcanza, ese AMOR abre la puerta a una nueva experiencia en la que nuestra imagen se mira a través de EL, nos enfoca, nos ubica y nos acompaña a seguir constituyéndonos con estos otros que hablábamos la principio del texto pero de modo cooperativo  sin estimarnos más que nadie ni menos que nadie sino iguales delante de Dios y amados por El como Padre.

domingo, 16 de agosto de 2015

Relaciones peligrosas: El engaño, la mentira

L a historia de la humanidad comienza con un engaño e la relación. La serpiente, engaña a Eva, Eva engaña a Adán y luego, ambos intentan engañar a Dios
Dios creo seres libres, con capacidad absoluta para tomar sus propias decisiones y el hombre eligió mentir desde los orígenes.
¿Cómo construimos la mentira? ¿Responde a algún sentido? ¿Por qué mentimos (más allá del aspecto espiritual que sabemos)? ¿Para qué mentimos?
Las personas vamos configurando nuestra personalidad a través de relaciones interpersonales y en ese interjuego hace contacto entre sus percepciones y con las de los otros. Es en ese interjuego que refuerza la verdad o bien el engaño según su percepción de sí mismo y de la que cree que es la percepción de otros con respecto a él.
Cuando un niño descubre que puede mentir y la madre no enterarse que le está mintiendo, esto es vivido por el como un experiencia de “separación” que le permite saber que él no es ella , es decir que la mentira infantil establece en el niño un modo de relación con el otro, “sabiéndolo otro” diferente a sí mismo. Este mecanismo, o recurso seguirá rigiendo como un patrón que intenta “fallidamente” salvaguardar algo propio que corra riesgo de perderse si se dice la verdad o que ponga en juego una impresión de mí mismo ante el otro que no quiero que no me gustaría mostrar. Siempre la mentira responde a ese riesgo que corro de perder algo valioso para mí; un vínculo, una oportunidad, un objeto que se ve amenazado.
Es algo así como un lugar propio en el que nadie puede entrar excepto yo (y Dios).
La mentira muestra diversas manifestaciones, entre ellas: hago vaga descripciones de algún hecho general, digo a medias, la verdad, distorsiono la verdad, oculto la verdad exagero la verdad o falto a la misma inventando una historia diferente que la suplante.
Lo que provoca realmente en las relaciones siempre es “Distorsión” de la figura que esa relación debería tener, de la imagen total y escindir la vida y la experiencia relacional en partes.
Quién miente, quien tiene el engaño como recurso tiene un problema con su imagen, con su autenticidad. El personaje termina reemplazando a la persona real y el sujeto se instala en una inauténtica y peligrosa manera der presentarse en la vida.
La base de la mentira es el MIEDO. Esto lo podemos ver claramente en la historia de Génesis capítulo 20 cuando Abraham miente diciendo que Sara era su hermana por el temor que le causaba perder su vida en Gerar.
La Biblia ha dejado muchas historias de personas que han fracasado ante la verdad y las consecuencias que esto ha provocado entre padres e hijos, esposas y esposas, amigos, hermanos.Etc. Pero Dios abre las puertas de la VERDAD en su Hijo. Él es el CAMINO, él es la VERDAD, él es la VIDA y Su Palabra es verdadera.

Si nuestra relación con Él es cada día más cercana y de mayor intimidad ya no será tan liviano mantener caretas, personajes y mentiras porque Su LUZ pondrá en evidencia lo que somos y Su Espíritu nos convencerá de aquellas cosas que debemos corregir, asumiendo los riesgos de decir la verdad pero las bendiciones y la PAZ de poder sentirnos SEGUROS en ella, atravesando los miedos que sostienen esas mentiras y presentándonos siempre ante los otros con la mayor transparencia que podamos.
1 Pedro 2:1 dice: “Desháganse de todo engaño e hipocresía y crezcan en una experiencia diferente.”
Solamente la VERDAD nos da LIBERTAD.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Relaciones peligrosas: Los celos

 Iniciamos hoy una serie de temas referidos a las relaciones  enfermizas, peligrosas que incluyen 4 capítulos para su desarrollo. En esta oportunidad hablaremos de los celos.
Y siguiendo la idea del tema anterior en el que hablábamos de la amistad, decimos que estamos creados para estar con otros ,”Somos con otros” y tenemos capacidad para relacionarnos con otros. Lo que sucede a veces es que en esta necesidad de encuentro o de no poder sostener la soledad (que no es mala en sí) nos “asociamos” o “Involucramos” en relaciones que no son sanas sino que son peligrosas para nuestro desarrollo personal.
Esto se suma a un modelo social donde desde prematura edad se motiva a vivir la vida de a dos como si fuera tan fácil saber con quién debo estar o conocer con quien estoy en realidad.
Una de esas posibilidades es ese tipo de vínculos atravesados por LOS CELOS.
En el discurso cotidiano, los celos y el amor aparecen  erróneamente asociados: Es celos@porque me ama. Y acá es donde necesitamos separa estos dos afectos que no tienen en absoluto nada que ver el uno con el otro.
Los celos implican miedo.
Miedo a perder una relación o un lugar de pertenencia.
André Comte dice :”El envidioso querría poseer lo que no tiene y otro posee. El  celoso quiere poseer él solo lo que cree que le pertenece.”
Los celos parten de una premisa errónea: “Amar es poseer”
Los celos acarrean sufrimiento, provocan estado de alerta constante que se anticipa a ese miedo a perder.
“Los celos nunca disfrutan las relaciones solo se limitan a vigilarlas”. (Luis Hornstein)
El celoso teme que sus cualidades no basten para retener a su pareja/amigo.se ahí las característica es que son vínculos que examinan, intimidan y aprisionan en vez de dejar que el otro sea.
Los celos a diferencia de la envidia están definidos por una relación triangular en la cual el miedo que siente el celoso es que una persona a quien quiere mucho le dé a otro lo que solo debería darle a él.
En los celos hay: una relación triangular- hay algo muy valorado- hay un temor enorme de perderlo.
El celoso vive intranquilo y pendiente todo el tiempo ante la posibilidad de perder y tiene la necesidad de tener todo bajo control todo el tiempo para evitar que se le dé a otro lo que él quiere para sí.
Al celoso “Nada le alcanza”
Quiere a una persona. Quiere el tiempo de esa persona. Quiere los pensamientos de esa persona. Quiere la exclusividad de esa persona. Quiere los recuerdos de esa persona…
Y esta desconfianza que tiene de su pareja/ amigo no es ni más ni menos que una proyección de la falta de confianza de el mismo o sea lo que el celoso va a intentar es que el otro calme una falta que es de él, cosa que no va a alcanzar nunca.
En síntesis lo que estas relaciones peligrosas develan es una gran falta ( propia de la naturaleza humana) un indicador de inseguridad, una falta de amor por uno mismo que condena al otro a estar todo el tiempo calmando esa angustia porque el problema no es con el otro sino con el mismo.
Tu necesidad de amor y de seguridad solo puede encontrar satisfacción en Cristo. Si bien habrá cosas en la vida que te causen dolor y angustia, conocer y relacionarse con Jesús te enseñan a andar en medio de las angustias pero sin enfermar ni enfermar a otros.
Su amor es entrega no posesión.
Su amor es libertad no esclavitud.