Muchos son los significados que se le han dado a la palabra salud a lo largo de la historia y según las políticas de turno esos significados variaron, fueron diferentes y adaptados a intereses económicos, sociales y hasta farmacéuticos podríamos decir también.
Pero más allá de las diferentes versiones podemos acordar que hablar de salud es hablar de un estado de bienestar.
Hoy el paradigma ofrece una visión de la salud no tanto orientada a “Reducir síntomas” sino a “Prevenirlos” y a buscar el desarrollo óptimo y pleno de la persona total.
Una afirmación de la OMS de 1985 ya decía:
“La educación para la salud es un proceso permanente y reflexivo de cambios favorables e lis conocimientos, actitudes y prácticas de individuos que tiene como finalidad el desarrollo de un nivel óptimo en el Estilo de vida y el mantenimiento y autogestión de la salud personal, familiar y comunitaria”
Así es que resulta algunas veces, que ciertas personas que no tienen resueltas cuestiones de la salud mental o emocional se adueñan de roles y de lugares que les dan poder y terminan comunitariamente…ENFERMANDO a otros en sus vínculos.
Con esto digo que la dimensión psicológica y la espiritual en la persona, están integradas y son inseparables.
Su experiencia espiritual, dependerá entonces de cómo el sujeto ve el mundo (que significados y sentidos construyó a lo largo de la vida) cuales son y fueron sus virtudes, sus valores y dónde tiene puestos sus principios y normas éticas de vida, el grado de conexión con la verdad espiritual y la vivencia de Dios para él.
Dicha experiencia podrá desplegar entonces hacia la salud o hacia una dimensión enferma o inestable de registro de Dios, de Su Palabra y de la vida cristiana práctica y concreta.
Y esto no solo se define o limita al mundo evangélico sino a TODO AQUEL que sostiene una creencia y conexión espiritual sea cual fuere y ante la que se muestra fiel y seguidor, sea católico, presbiteriano, metodista sufista o budista etc. Etc.
Uno de esos desvíos en la experiencia de la que hablamos es: “El abuso de poder, el legalismo, el fundamentalismo, la religiosidad” que genera doctrinas de culpa y de castigo en vez de valores de Amor y de Gracia.
Condicionan con la culpa y el castigo a todas sus relaciones ya sea en la vida cotidiana; amigos familia, compañeros de trabajo o lo que es peor aún condicionan de ese modo en las distintas comunidades de fe desplegando roles y puestos de poder de manera “Enferma” y ejerciendo desvíos del orden de las psicopatías y las perversiones.
Hay indicadores que pueden evidenciar estos aspectos enfermos dentro de los grupos. Algunos autores han denominado a este fenómeno como “Dictadores espirituales”. Son aquellos que:
- No demuestran sentimientos de culpa
- No están dispuestos a postergar la satisfacción de sus necesidades, por lo tanto hacen cualquier cosa, a todo costo.
- No aprenden de la experiencia
- Se disfrazan detrás de una máscara de espiritualidad cuesta distinguir a la persona del personaje.
- Carecen de tolerancia
- No establecen vínculos afectivos profundos. A veces se asocian desde la “Hermandad” o la amistad pero solamente para sacar algún provecho personal de los demás.
Uno es DIOTREFES 3º Juan vs. 9 y 10 .amaba los primeros lugares, filtraba a quien él quería o no recibir, prohibía y coartaba la libertad de los demás y hasta expulsaba a todos los que pensaban diferente a él. Bien de dictador!!!
Otro fue el apóstol Pablo, cuando era Saulo de Tarso, perseguía a todo el que se oponía a la ley, era un religioso obsesivo extremista, fanático y hasta podemos decir que fue un asesino, sin embargo la GRACIA de Dios lo alcanzó y pasó de ser esto que indicamos recién a ser cuidadoso de sus relaciones a ser inclusivo, a ser humilde, y tratar a los demás como hermanos amados y hasta a depender de muchos de ellos para su subsistencia. Pasó de la asimetría INDIVIDUALISTA del PODER a la simetría de LA COMUNIDAD de la GRACIA de Dios.
El mismo lo declara en 1º Cor. 15:9
En Gálatas 5:13-16 Dios dice que a libertad fuimos llamados y a servirnos por amor los unos a los otros. Las relaciones de poder y de esclavitud no son el modelo divino, no son valores del Reino de Dios.
Todo el mensaje de la Biblia nos presenta a un Jesús que ama y que transmite los valores del reino a través de la libertad, de la inclusión, de la aceptación de la diferencia, pero sobre todo DE LA PAZ.
Hoy el mundo está afectado por líderes enfermos que promueven la muerte, el fanatismo y los pensamientos radicales que amenazan al mundo y reclutan a otros colonizando sus identidades para conquistar y llenarse de poder cueste lo que cueste. Esto no es espiritual esto es ENFERMO, es alienación, es hostilidad fanatismo religioso.
Como cristianos, más allá de las formas de vivir el cristianismo, nos oponemos a todo rasgo de perversión y abuso de poder porque perseguimos LA PAZ y confiamos en un DIOS DE AMOR de PAZ y de LIBERTAD.
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