Siguiendo con la
idea que ya habíamos abordado referida a los límites, hoy vamos a
establecer algunas consideraciones acerca de los límites a la hora de
comunicarnos, porque hablar es fácil pero comunicarnos es todo un trabajo!!
Muchas veces entre lo que decimos y los que se recibe
hay un mundo de dificultades …presencias infinitas entre lo que yo digo y lo
que el otro escucha porque no somos objetivos totalmente en este proceso de ida
y vuelta sino que estamos atravesados por universos de emociones y mandatos que nos condicionan a
la hora de hablar.
Mayormente se juegan ciertos miedos básicos cuando
tenemos que decir lo que sentimos y pensamos.
·
Perder la relación.
·
Que me consideren mala persona
·
A que el otro se enoje
·
A herir a quien me escucha.
Y así
empezamos de a poco a “Limitar” esta experiencia liberadora que ofrece
la palabra dicha a tiempo, dicha en términos de verdad y que busca el mejor encuentro entre estos
dos mundos, el nuestro y el de aquel que nos oye.
Dice el Dr. Cloud: “Una relación que fija límites es en sí y por si una conexión”.
En este sentido…cuando nuestros límites son lábiles
con respecto a nosotros mismos y a los otros podemos caer en una comunicación
muy poco eficaz, llena de malos entendidos, suposiciones, adivinaciones,
generalizaciones y poco precisa que confunde a quien nos escucha al no ser claros ni
auténticos por los miedos básicos que referíamos al principio. Entonces
decimos la verdad a medias o distorsionamos la información para que el otro no
se enoje con nosotros o no manifestamos lo que realmente sentimos y culpamos a
los demás de lo que nos pasa o simplemente nos aislamos, no nos comunicamos y
quedamos atrapados en la incomprensión y la soledad.
Establecer límites sanos en una comunicación tendrá
que ver entonces con:
·
Decir lo que necesito decir de
la manera más clara posible.
·
Saber escuchar
·
Hacerme cargo de lo que “yo” siento
sin depositar en el otro o culparlo por mis emociones. Responsabilizar
es decir “Cuando haces A yo siento B” y esto genera un movimiento de
comprensión impresionante
·
Tener la mirada en como resolver un problema y no tanto en
demandar y reprochar a los demás.
·
No ocultar ni disfrazar mis
emociones
·
Aproximarme lo más que
puedo en la comprensión del otro y del
marco de referencia desde donde habla.
·
Creciendo en la empatía.
Siempre es bueno afirmar y valorar como así también
estar lo más presente posible en un dialogo.
Muchas veces por el miedo a perder la relación
disfrazamos o maquillamos nuestra manera de sentirnos o desdibujamos la verdad
que debemos decir y esto genera “distancia.” En vez de acercamiento.
Todo lo que hacemos comunica. Aun en el silencio existe palabra.
Dios nos dio la capacidad de comunicarnos de muchas maneras.
Todo nuestro ser está implicado en la comunicación, el cuerpo, la mirada, las
palabras, las emociones…Están al servicio de que los humanos podamos
entendernos.
Así lo hizo El desde el principio y aun hoy lo sigue
haciendo. Siempre habló de muchos modos, de muchas maneras, en todos los
tiempos de la humanidad a fin de que el ser humano pueda conocerle y entrar en
una relación de Amor con El.
Su expresión máxima
fue su propio Hijo, Jesús, quien se despojó a sí mismo y se hizo hombre para que los
hombres entendieran a Dios .
No hay mayor expresión de amor que la de Jesús y aun hoy insiste en encontrarse cada día y
cada momento con nosotros para manifestarnos al Padre.
Él no se quedó callado sino que abrió el camino hacia
Dios a través de su entrega.
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