martes, 27 de octubre de 2015

“Hablemos claro”

Siguiendo con la  idea que ya habíamos abordado referida a los límites, hoy vamos a establecer algunas consideraciones acerca de los límites a la hora de comunicarnos, porque hablar es fácil pero comunicarnos es todo un trabajo!!
Muchas veces entre lo que decimos y los que se recibe hay un mundo de dificultades …presencias infinitas entre lo que yo digo y lo que el otro escucha porque no somos objetivos totalmente en este proceso de ida y vuelta sino que estamos atravesados por universos  de emociones y mandatos que nos condicionan a la hora de hablar.
Mayormente se juegan ciertos miedos básicos cuando tenemos que decir lo que sentimos y pensamos.
En términos generales  miedo a:
·         Perder la relación.
·         Que me consideren mala persona
·         A que el otro se enoje
·         A herir a quien me escucha.
Y así  empezamos de a poco a “Limitar” esta experiencia liberadora que ofrece la palabra dicha a tiempo, dicha en términos de verdad  y que busca el mejor encuentro entre estos dos mundos, el nuestro y el de aquel que nos oye.
Dice el Dr. Cloud: “Una relación que fija límites es en sí y por si una conexión”.
En este sentido…cuando nuestros límites son lábiles con respecto a nosotros mismos y a los otros podemos caer en una comunicación muy poco eficaz, llena de malos entendidos, suposiciones, adivinaciones, generalizaciones y poco precisa que confunde a quien nos escucha al no ser  claros ni  auténticos por los miedos básicos que referíamos al principio. Entonces decimos la verdad a medias o distorsionamos la información para que el otro no se enoje con nosotros o no manifestamos lo que realmente sentimos y culpamos a los demás de lo que nos pasa o simplemente nos aislamos, no nos comunicamos y quedamos atrapados en la incomprensión y la soledad.
Establecer límites sanos en una comunicación tendrá que ver entonces con:
·         Decir lo que necesito decir de la manera más clara posible.
·         Saber escuchar
·         Hacerme cargo de lo que “yo” siento sin depositar  en el otro  o culparlo por mis emociones. Responsabilizar es decir “Cuando haces A yo siento B” y esto genera un movimiento de comprensión impresionante
·         Tener la mirada en  como resolver un problema y no tanto en demandar y reprochar a los demás.
·         No ocultar ni disfrazar mis emociones
·         Aproximarme lo más que puedo  en la comprensión del otro y del marco de referencia desde donde habla.
·         Creciendo en la empatía.
Siempre es bueno afirmar y valorar como así también estar lo más presente posible en un dialogo.
Muchas veces por el miedo a perder la relación disfrazamos o maquillamos nuestra manera de sentirnos o desdibujamos la verdad que debemos decir y esto genera “distancia.” En vez de acercamiento.
Todo lo que hacemos comunica. Aun  en el silencio existe palabra.
Dios nos dio la capacidad de comunicarnos de muchas maneras. Todo nuestro ser está implicado en la comunicación, el cuerpo, la mirada, las palabras, las emociones…Están al servicio de que los humanos podamos entendernos.
Así lo hizo El desde el principio y aun hoy lo sigue haciendo. Siempre habló de muchos modos, de muchas maneras, en todos los tiempos de la humanidad a fin de que el ser humano pueda conocerle y entrar en una relación  de Amor con El.
Su expresión máxima  fue su propio Hijo, Jesús, quien se despojó  a sí mismo y se hizo hombre para que los hombres entendieran a Dios .
No hay mayor expresión de amor que la de Jesús  y aun hoy insiste en encontrarse cada día y cada momento con nosotros para manifestarnos al Padre.
Él no se quedó callado sino que abrió el camino hacia Dios a través de su entrega.

¿Cuál será nuestra respuesta?


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