“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. El que
cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que cree en mí, no morirá
eternamente ¿Crees esto?” Juan11:25 y 26
(Dedicado a todas las
Amigas que han perdido a un ser querido como mi amiga Perla)
Día de la madre. Almuerzo en familia. Felicidad plena. Una llamada
telefónica cambia tu vida y la de tu entorno familiar en un instante. Clara, tu
sobrina mayor, se ha quitado la vida. Un dolor que nace de lo más profundo de
las entrañas atraviesa tu ser y tu vida gime. Llanto. Dolor. Preguntas. Confusión. Buscaste desesperadamente su foto
en el portarretrato y le pediste explicación: Mi dulce Clarita ¿Por qué lo
hiciste? ¿Por qué? ¿Por qué? Pero no hay respuestas.
EL QUE TIENE EL HIJO, TIENE LA VIDA 1° Juan 5:12. Escuchaste estas
palabras del Evangelio elegidas por el pastor en el funeral. Y esas palabras
simples se llenaron de significado para ti en ese momento. Entendiste que en Jesús ¡La vida siempre
vence! Hoy sueñas dormida y despierta también esperando abrazar a tu hermosa Clarita.
Estas sostenida en esta esperanza.
“¿Dónde está oh muerte tu
aguijón? ¿Dónde oh sepulcro tu victoria?” 1° Corintios 15:55 Para los
creyentes en Cristo, frente a la muerte de un ser querido, la esperanza del
reencuentro es el sostén de cada día de nuestra vida aquí en esta tierra. Aprendemos
a vivir esperando ver el Rostro del Amado y de nuestros amores humanos. Lo
aprendemos porque no lo sabemos. Lo vamos aprendiendo mientras también lloramos
y extrañamos. El sentido del tiempo transcurre de una manera muy peculiar,
porque el ayer, el hoy y el mañana se entrecruzan. Dejan de ser lineales o una
simple sucesión de eventos.
Amiga, no está muerto quien se piensa, ni quien vive en otra esfera. No está
muerto el que cree en el dador de la Vida, Jesús.
UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER © Copyright 2016 por Miriam Martini
La
esperanza del reencuentro eterno nos da serenidad para aceptar la muerte de
nuestros seres amados.
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