viernes, 18 de noviembre de 2016

El pez por la boca muere.


“Con su lengua hablan mentiras…Que caigan por sus propios consejos. “Salmo 5:9-10

La Biblia, la Palabra de Dios, relata historias reales, de personas reales, con vivencias reales y emociones reales. Los Salmos también expresan la voz de esas personas en forma de poesía y canción. Los enojos, los miedos, las injusticias, las alegrías y los deseos del corazón se perciben en cada verso cuando uno recorre con atención la lectura. El rey David fue uno de los autores best seller de los Salmos. En esta situación aparece pidiendo a gritos que Dios haga justicia ante sus enemigos, que fracasen sus planes malvados y que caigan por sus malos consejos. Como vulgarmente decimos: “El pez muere por su propia boca”.

Amiga, quizá este grito pueda estar siendo tu grito, quizá estas sufriendo alguna situación injustamente. Quizá las mentiras hayan roto tu corazón dañando tu confianza y desees de todo corazón que se haga justicia de alguna manera. Tienes derecho a expresar lo que sientes a reconocer tus emociones y registrarlas. Pero si sólo queda en un grito o en una expresión, no harás nada más que descargarlas. El rey David sabía esto. Por eso más allá de hacer audible su voz, puso su confianza en Aquel a Quien dirigía sus asuntos personales.  Hablar de confiar, parece contradictorio cuando la misma confianza ha sido traicionada. Parecería más sencillo desear venganza o quedarse instalada en el enojo; pero Jesús puede restaurarla y más allá de escucharte ÉL quiere recibirte, darte seguridad y atender a tus asuntos con justicia perfecta. Nadie más que Él rechaza la mentira, la traición y la maldad. Conocer el carácter de Dios nos da seguridad. Su persona es nuestra garantía.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

 Si haces oír tu voz, eso es bueno, pero si se la haces oír a Dios eso será ¡Sorprendente!

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