“Santificado sea Tu
nombre”. Mateo 6:9
Tengo una amiga llamada Canela, es una persona hermosa y una madre
ejemplar. Siempre la nombramos Canela y en lo personal, me agrada mucho ese
nombre porque no es tan común en la Argentina. Lo notable, es que ayer en una
rueda de presentación entre otras mujeres ella dijo. –“Yo soy Gladys, pero me dicen Canela”, cuando mi padre fue a registrarme
al nacer, no le permitieron inscribirme con el nombre de Canela, entonces él me
puso Gladys en el documento, pero siempre me llamaron Canela porque ese era su
deseo. Nunca habíamos sabido esa historia y Gladys es Canela para nosotros
y lo seguirá siendo más allá de su DNI. Aunque esto parece sólo una anécdota
cotidiana, de las cuales tú podrás dar otros ejemplos, tener un nombre es el
primer derecho de los seres humanos. Tu nombre te da identidad, tu apellido te
enlaza a una historia familiar y a otros que te anteceden. No es poca cosa ¿No
es cierto? Es por eso que también DIOS se ocupa de SU nombre y usa muchas
maneras de referirse a ÉL mismo en diferentes circunstancias para que la
humanidad lo conozca por EL QUE REALMENTE ES.
Amiga, el nombre de Dios es SANTO porque está por encima
de todo nombre. Santificarlo es hacer de
ese nombre una realidad en nuestra vida. Yo no sé qué significa para ti el
nombre de Dios. Cada una de nosotras podemos tener una representación muy
diferente del mismo, adquirida por nuestra cultura, por el contexto en el que
nos hablaron, o por las tradiciones familiares en las que creciste. Quizá ni
siquiera conozcas SU nombre y todo lo que ÉL ES. Pero no está tan lejos como
para que no lo encuentres y descubras cuánto significado encierra SU NOMBRE. Muchos
lo han cambiado por otros parecidos ofreciendo paz, seguridad y ayuda adaptando
SU imagen a lo que más les conviene. No te confundas.
UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER © Copyright 2016 por Miriam Martini
SANTIFICAR su nombre es que puedas
disfrutar sus atributos perfectos en tu vida, tu mundo, tu realidad.