¨El que quiere amar la
vida…busque la paz y sígala.¨ 1 Pedro 3:11
Crecimos con algunos mandatos
favorables en cierta medida: ¨No discutas¨. ¨No pelees con nadie¨. ¨No te metas
en problemas¨. ¨Evita los conflictos”. ¿Te suenan familiares estas
indicaciones? Probablemente hoy las reproduzcas también en tus hijos antes de
ir a la escuela o a las casas de sus amigos. Y si bien son sabios consejos que
promueven la paz y la armonía entre hombres y mujeres, puede que, en algunos
casos, quedemos tan prendidos a “Evitar” que nos mantengamos al margen de
conflictos que no se solucionan, sino enfrentándolos. El lugar del conflicto y
el significado que le demos a la palabra puede ayudarnos a crecer en nuestras
relaciones. Hay personas que evitan, otras que se enojan montándose en ira,
otras que se asustan y huyen o también quienes aprovechan el conflicto como
oportunidad para el movimiento, el cambio y el crecimiento.
El universo de las relaciones humanas no es
simple. Las tensiones, los desacuerdos, los diferentes puntos de vista y los
intereses personales e individuales, bañan de tensión dicho mundo. Estar con
otros es enfrentar situaciones conflictivas, desacuerdos, armonía y falta de
armonía. Seria utópico creer que nunca estaremos metidos en algún lio. Ahora
bien ¿Qué recursos tienes para hacer frente a las situaciones de conflicto?
¿Cuál es tu mayor miedo cuando entras en conflicto con algún miembro de tu
familia o de tu grupo? Mayormente sentimos amenazada nuestra identidad. Tememos
que algo del otro se me imponga y quiera modificarme o dominarme. Nos
rigidizamos, resistimos y nos cerramos en nuestra cosmovisión del mundo. Dios
nos ha dado las posibilidades personales para establecer acuerdos. Nos proveyó
de inteligencia, medios para comunicarnos y emociones para vivirlas a favor del
entendimiento y de la paz. Nuestra sociedad necesita personas comprometidas con
la paz y la justicia. Tu posición y participación es importante. No te quedes
al margen. Usa los recursos de Jesús no para pelear sino para construir
relaciones mejores.
La paz no es la ausencia de
conflicto, sino la presencia de alternativas creativas que nos ayuden a
solucionar el conflicto. Dorothy Thompson
La Biblia nos deja algunos ejemplos:
En jueces capítulo 4 y 5 Debora le dice a Barac que si ella lo acompaña a
la batalla contra sisara, la victoria seria de ella y no de él. Es un ejemplo
de confrontar, de abordar conflictos, de ser lo más asertivos posibles a la
hora de disentir.
Pablo en su viaje misionero en hechos 15 :36, se separa de Bernabé.
El conflicto era que Bernabé quería llevar a Juan Marcos en lo que resta
del viaje misionera y Pablo no quería darle otra oportunidad porque Juan Marcos
los había abandonado en panfilia.
Esto genera un desacuerdo entre ambos. Un conflicto. Pero lo atraviesan y
se separan. Esto nos enseña que a veces aceptar estar en desacuerdo es la mejor
forma de solucionar un conflicto.
Afrontar conflictos implica:
- · Posibilidad de escucha
- · Flexibilidad para salir de nuestro centro y comprender lo que al otro le sucede
- · Empatía
- · Asertividad
- · Nuevos acuerdos
- · Claridad
A veces aceptar que no estoy de acuerdo es el
mejor de los acuerdos.
Proverbios 10:32-33.
La boca del justo sabe hablar lo que agrada.
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