jueves, 23 de junio de 2016

Torre de control ¿Cómo controlar esos pensamientos que nos hacen mal?

Dice Stanley: “Tu mente es la torre de control de tu vida”. Lo que define tu vida es la manera en que la piensas. Todo lo que erres en el presente está íntimamente relacionado con lo que construiste mentalmente en tus pensamientos. Eres lo que piensas. Por eso si no te gusta lo que está sucediendo en tu vida o con tu vida, pregúntate ¿en qué estás pensando?
La pareja que elegiste, los amigos con quienes te relacionas, el credo en el que depositas tu fe, la carrera que decidiste seguir, tu estilo de vida …todo tiene que ver con tus pensamientos. Por eso tu mente es algo así como una torre de control que dirige tus pasos y tus decisiones para bien o para mal.
Proverbios 23.7 dice que tal cual es el pensamiento en el corazón de una persona, tal es esa persona, entonces te propongo un sencillo test de pensamientos. Respóndete sinceramente estas preguntas. ¿Qué piensas acerca de tu vida? ¿Qué piensas acerca de tus hábitos? ¿Qué piensas acerca de tu futuro? ¿Qué piensas de tu familia? ¿Qué piensas de tus amigos? ¿Qué piensas de tus ingresos y de tus bienes? ¿Qué piensas de la sociedad en la que vives? ¿Qué piensas de la pureza moral?  ¿Qué piensas de ti mism@?
¿Sabes?, todo lo que vas decidiendo día a día esta direccionado por como piensas.
Cuanto mejor pienses, mejor vivirás. Pensar bien es pensar como Dios piensa y El da indicadores concretos en Su Palabra para ayudarnos a pensar de la manera correcta.
En primer lugar, es importante que describas la dirección de las cosas que vas pensando hoy. Saber a dónde te diriges con lo que piensas te dará una idea del punto en la vida a donde seguramente vas a llegar. Si tienes en claro a dónde quieres llegar, cuáles son tus sueños, tus metas, el sentido que le quieres dar a tu vida, entonces debes revisar si lo que hoy estás pensando te ayuda o acompaña a llegar hacia ese logro.

Luego distingue si lo que estás pensando es constructivo o destructivo. Una de dos. O lo que piensas te está haciendo bien, te edifica, te ayuda a crecer a desplegar lo mejor de ti mismo o te está haciendo mal. Te contagia de malos hábitos, te avergüenza o te aparta poco a poco de lo que es bueno. Tus pensamientos te condenan o te liberan. Define en qué lugar te dejan en este mismo momento de tu vida.
¿En tercer lugar, debes tener en claro quién eres? Si eres hijo de Dios tus pensamientos deben definirte desde ese lugar. Si eres cristiano ya no puedes pensar como el mundo piensa sobre algunos asuntos. Pero si no has tomado todavía una decisión por Jesús, estas expuesto a hacer sintonía con ideas que Dios no te recomienda y Él te invita a conocer Su voluntad. Hay muchos cristianos que no han tomado decisiones firmes con respecto a esto y concuerdan y hacen sintonía con cosas de la oscuridad. Acarician en su mente hábitos, pecados, palabras, modas, costumbres que no son propias de Cristo y por ende no deberían ser propias de aquellos que son su hija.
Colosenses 3.1-10 nos ubica con los pensamientos hacia arriba. Dice: no se enfoquen en las cosas de este mundo sino en las del cielo. Si bien la idea no tiene nada que ver con ser despreocupados con nuestro presente aquí en la Tierra, sí refiere a hacer morir aquellas cosas en nuestra mente que no son propias del cielo. La lista es: fornicación, impureza, idolatría, ira, enojo, blasfemia. Etc. Etc.
Este pasaje muestra que tenemos que estar continuamente activos en nuestros pensamientos hacia arriba, pero pasivos, muertos con los pensamientos que no son de Dios. Contrapone lo que es de Dios contra lo que es de este mundo, o mejor dicho con todo lo impuro que el mundo ofrece.
La manera de estar conectados con los pensamientos de Dios es abundando en la lectura de Su Palabra. Si nuestras mentes desbordan de pensamientos espirituales, limpiaremos nuestros caminos. Leer, estudiar y meditar en la Biblia, transforma de manera poderosa nuestra mente y nos da poder sobre el pecado limpiaremos nuestras mentes con Su Palabra.
Pensar como dios piensa conducirá tu vida cambiará tu presente, pero más aún te conducirá a un futuro donde las consecuencias de tus acciones serán positivas y dará buen resultado.
Ahora bien, tú decides como quieres vivir y en qué quieres pensar.

Si hay evidencias de aspectos que debes cambiar, hazlo ahora mismo y orienta tu mente hacia arriba, hacia Dios, hacia todo lo que El piensa y esto te dará paz. 

sábado, 18 de junio de 2016

Añade a tu Fe

Se cuenta de un sembrador que cada mañana acostumbraba buscar agua de un río. Con él llevaba dos baldes. Uno nuevo, sin defectos. El otro, viejo y lleno de huecos. El balde nuevo permitía que el sembrador llevara a su casa toda la cantidad de agua que recogía. El viejo, en cambio, derramaba la mitad del contenido a lo largo del camino. Por supuesto, el nuevo sentía que era útil. El viejo se sentía fracasado.
Un día, la autoestima del balde horadado alcanzó su punto más bajo. —Mi vida es un fracaso —dijo al sembrador—. Le pido disculpas por no hacer bien mi trabajo. — ¿Por qué me pides disculpas? —preguntó asombrado el sembrador. — ¿No se ha dado usted cuenta? Cuando regresamos del río derramo la mitad del agua en el trayecto a casa. En ese momento, el sembrador, sonriendo gentilmente, llevó al atribulado balde al río. De regreso, mientras recorrían la ruta acostumbrada, el hombre le pidió que observara con atención las hermosas flores del camino. — ¿Te das cuenta de que solo hay flores de este lado del camino? —preguntó el sembrador. —Pues, sí. ¿Pero qué hay de especial en ello? —Lo especial es que han crecido gracias al agua que tú derramas cada mañana. Todo este tiempo yo he sabido de tus huecos. Por eso sembré semillas de distintas flores solamente de este lado del camino.
Dice la Biblia:
¨Cuanto más crezcan de esta manera, más productivos y útiles serán en el conocimiento de nuestro Señor, pero los que no llegan a desarrollarse de esta forma son cortos de vista o ciegos. “. Pedro 1:10 (NVI)
Muchas personas dicen querer ser como Jesús. Buscan hacer el bien y externamente muestran una vida piadosa. Pero en su vida interior no han experimentado la naturaleza divina.
 Si tienes una relación espiritual con Jesús, eso es muy bueno, pero no te quedes solamente con eso. Desarrolla un carácter maduro. Añade a esa fe, virtud. Esa calidad espiritual de excelencia en todo lo que intentas hacer. Súmale el conocimiento. Conocer a Dios y a su Palabra te ayudará a conocerte a ti mismo. Sólo quien puede conocer y comprender su corazón tiene dominio propio y es capaz de poner bajo autoridad sus más profundas pasiones. Dominarte a ti mismo te dará paciencia con tus propios procesos de madurez y con lo de los otros, inclusive tus hijos, tus amigos y con los que compartes tu vida cotidiana. En ese sentido, la piedad será lo que resulta de ver las necesidades que los demás tienen y estarás dispuesto a cubrirlas si puedes. Como si fuera una cadena de recomendaciones, dice luego que a la piedad debemos añadir el afecto fraternal. decanta por si solo que si cumplimos con lo antedicho el amor al prójimo fluye como causa y consecuencia. Cada cosa que dice este texto está ligada una a la otra. Dependen y se relacionan. Si estas cosas están en ti y abundan, tu visión acerca de la vida será ampliada. Desarrollarás un carácter espiritual y auténtico. Tu fe tendrá sentido para ti, para los tuyos y más allá de todo…Dará su fruto.
El trabajo cotidiano pone a prueba el carácter genuino.
Con nuestras acciones todos los días vamos dando fruto. Pero podemos dar fruto agradable a Dios como no. El cuento del balde, que simplemente es una ilustración, tiene similitud con nuestras vidas. Si en todo lo que hacemos derramamos lo que hace falta para que las “Flores” aparezcan entonces estamos haciendo realidad esta lista de 1 Pedro 1:10.
Quizá nuestra cultura no promueve valores como la virtud y la piedad, es más, parecen palabras obsoletas; sin embargo, desarrollar un carácter piadoso correcto, controlado y de amor al prójimo hará aumentar nuestra fe y también ampliará nuestra visión de nosotros mismos y de los otros. No seremos cortos de vista. Tendremos la visión de Dios en nosotros siendo productivos para bien y sembrando para la paz.

viernes, 10 de junio de 2016

Cuando sientas que Dios te falla

 Salmo     18:1-4
¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
       es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
       Es mi escudo, el poder que me salva,
       ¡mi más alto escondite!
Invoco al Señor, que es digno de alabanza,
       y quedo a salvo de mis enemigos.
      4 Los lazos de la muerte me envolvieron;
       los torrentes destructores me abrumaron.
¿Cómo se sostiene la fe y la confianza en Dios cuando las cosas no salen bien? ¿Cómo confiar en un Dios que permite un mundo lleno de faltas, de injusticias y de contradicciones? ¿Dónde quedaron esos hombres como Sadrac, Mesac Abed Nego, Jose, Moisés, Abraham, Jeremías, Isaías? ¡Y tantos otros que hicieron cosas extraordinarias siendo hombres ordinarios, simplemente porque le creyeron a Dios!
Creo que en este mundo podemos encontrar diferentes personas con distintas experiencias de relación con Dios. Están los que le creen pase lo que pase y desarrollan una fe enorme y contundente. Por otro lado, aquellos que no tienen fe. Que no pueden creer, no les es posible aceptar racionalmente ni espiritualmente la existencia de Dios. También están los que una vez creyeron, depositaron su fe en lo que Dios es; pero las circunstancias contrarias o las oraciones no respondidas como esperaban, hicieron erosión en esa fe y luego dejaron de creer como antes. Por ultimo están los que dicen creer, creen creer, pero lo cierto es que nunca pusieron a prueba esa fe y mantienen una comodidad y acostumbramiento que la llaman fe, pero que solo la prueba podría ponerla a “Prueba”.
No sé en qué grupo te anotas, pero hoy intentaremos reflexionar juntos con respecto a nuestras convicciones, a nuestro conocimiento de Dios y a nuestro modo de desarrollar la fe. Pregúntate antes de continuar: ¿Le crees a Dios? ¿Cómo puedes comprobar en tu vida que Dios Es lo que dices que Es? Quizá sepas y conozcas sus atributos, pero no sean una experiencia real en tu vida.
Creo que hemos desarrollado una idea errónea de Quien “Es” Dios y lo hemos limitado a Quien nosotros creemos que “Debería” ser. En esa lógica, Dios debería hacer del mundo un lugar feliz, sin guerras, sin injusticias y sin dolor. Nos gustaría pensar una larga vida libre de dolor y donde todo lo que deseamos pueda cumplirse. Es más, nos enseñaron que Dios es nuestro Padre y que todo lo que pedimos orando en Su nombre Él lo da. Nos dijeron que El Todo lo puede. Que Todo lo Sabe, que es Fiel. Que no Falla nunca. Que no ama la injusticia. Que nos guarda. Que nos cuida. Que, si nos entregamos por completo, Él nos sostendrá y no nos dejará en deuda. Pero en nuestro diario vivir, muchas veces, todo esto que “Sabemos” es puesto a prueba y lo que sentimos es todo lo contrario a lo que nos dijeron o lo que alguna vez pudimos creer. Entonces, nos desanimamos, dudamos de todo, nos enojamos con Dios porque sentimos que nos falló.
Otros, en cambio, fortalecen su fe en medio de la confusión, de la persecución, y hasta de las torturas o el dolor físico. Ejemplos hay muchos: Corrie tem Bom, prisionera en los campos de concentración nazi. La única sobreviviente de toda la familia. Murió siendo fiel a Dios y dando testimonio de la protección y del amor de Dios en medio de sus torturas. Joni Earekson Taba quien quedara cuadripléjica a los 17 años de edad. Si bien pasó dos años deprimida y dudando de todo, cuando superó su prueba se convirtió en una importante conferencista, motivadora, y escritora para dar testimonio de su fe. Nick Vujicic, quien naciera con una agenesia de sus 4 extremidades, sin explicación alguna excepto el hecho de ser una mala formación. A pesar de esto y de haber pasado momentos de depresión en su infancia, superó el dolor y desarrolló una vida normal. Se casó, tuvo dos hijos y hoy es uno de los motivadores más importantes de la historia.  Podríamos mencionar a muchos más. Contemporáneos y no contemporáneos. Hombres y mujeres que fortalecieron su fe en vez de deprimirla. ¿Qué hace la diferencia? Quizá revisar la mirada que tenemos acerca de Dios, nos ayude a entender su soberanía sobre nosotros y sobre este mundo. Si recorremos los evangelios veremos la posición que Jesús tomó frente al dolor humano. Siempre se conectó con el dolor.  Se entregó por nuestro dolor y concretó así la unión con la humanidad. El respondía a las tragedias humanas con compasión. No las evitó, pero las enfrentó con compasión. El también sufrió, se compadeció, lloró, se enojó, se indignó, denunció las injusticias, defendió a los pobres, y estuvo ahí donde el dolor humano se hacía presente. No siempre encontraremos respuestas suficientes ni explicaciones que nos satisfagan. Pero la fe se hará más fuerte en medio de esos lugares de la experiencia que no nos agradan. Una cosa es creer En Dios y otra muy distinta es creerle A Dios. A veces se nos va la vida, haciendo cosas para Dios, pero nos olvidamos que primero Dios tiene que Ser alguien en nuestras vidas, o nos desgarramos en actividad para ir a Dios con las manos llenas de servicio, olvidándonos que Dios nos recibe con las manos vacías. Oramos y clamamos, pero no dedicamos tiempo a escucharle. Aprendemos la doctrina de memoria, pero nos olvidamos de la Fe verdadera. Cumplimos sus mandatos pero no revisamos nuestro corazón. Entonces cuando de Fe se trata, tambaleamos. Lo que un momento parecía claro, de repente ya no lo es y las reglas y las doctrinas por si solas no sostienen ni protegen ante las sorpresas de la vida o ante los imprevistos.
Si no nos dejamos abrazar por Su Gracia, si no experimentamos la Gracia, será difícil creer en Dios.

De todas formas…Dios cree en nosotros.


sábado, 4 de junio de 2016

El lugar del conflicto


¨El que quiere amar la vida…busque la paz y sígala.¨ 1 Pedro 3:11


Crecimos con algunos mandatos favorables en cierta medida: ¨No discutas¨. ¨No pelees con nadie¨. ¨No te metas en problemas¨. ¨Evita los conflictos”. ¿Te suenan familiares estas indicaciones? Probablemente hoy las reproduzcas también en tus hijos antes de ir a la escuela o a las casas de sus amigos. Y si bien son sabios consejos que promueven la paz y la armonía entre hombres y mujeres, puede que, en algunos casos, quedemos tan prendidos a “Evitar” que nos mantengamos al margen de conflictos que no se solucionan, sino enfrentándolos. El lugar del conflicto y el significado que le demos a la palabra puede ayudarnos a crecer en nuestras relaciones. Hay personas que evitan, otras que se enojan montándose en ira, otras que se asustan y huyen o también quienes aprovechan el conflicto como oportunidad para el movimiento, el cambio y el crecimiento.
 El universo de las relaciones humanas no es simple. Las tensiones, los desacuerdos, los diferentes puntos de vista y los intereses personales e individuales, bañan de tensión dicho mundo. Estar con otros es enfrentar situaciones conflictivas, desacuerdos, armonía y falta de armonía. Seria utópico creer que nunca estaremos metidos en algún lio. Ahora bien ¿Qué recursos tienes para hacer frente a las situaciones de conflicto? ¿Cuál es tu mayor miedo cuando entras en conflicto con algún miembro de tu familia o de tu grupo? Mayormente sentimos amenazada nuestra identidad. Tememos que algo del otro se me imponga y quiera modificarme o dominarme. Nos rigidizamos, resistimos y nos cerramos en nuestra cosmovisión del mundo. Dios nos ha dado las posibilidades personales para establecer acuerdos. Nos proveyó de inteligencia, medios para comunicarnos y emociones para vivirlas a favor del entendimiento y de la paz. Nuestra sociedad necesita personas comprometidas con la paz y la justicia. Tu posición y participación es importante. No te quedes al margen. Usa los recursos de Jesús no para pelear sino para construir relaciones mejores.
La paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia de alternativas creativas que nos ayuden a solucionar el conflicto. Dorothy Thompson 
La Biblia nos deja algunos ejemplos:
En jueces capítulo 4 y 5 Debora le dice a Barac que si ella lo acompaña a la batalla contra sisara, la victoria seria de ella y no de él. Es un ejemplo de confrontar, de abordar conflictos, de ser lo más asertivos posibles a la hora de disentir.
Pablo en su viaje misionero en hechos 15 :36, se separa de Bernabé.
El conflicto era que Bernabé quería llevar a Juan Marcos en lo que resta del viaje misionera y Pablo no quería darle otra oportunidad porque Juan Marcos los había abandonado en panfilia.
Esto genera un desacuerdo entre ambos. Un conflicto. Pero lo atraviesan y se separan. Esto nos enseña que a veces aceptar estar en desacuerdo es la mejor forma de solucionar un conflicto.
Afrontar conflictos implica:
  • ·        Posibilidad de escucha
  • ·        Flexibilidad para salir de nuestro centro y comprender lo que al otro le sucede
  • ·        Empatía
  • ·        Asertividad
  • ·        Nuevos acuerdos
  • ·        Claridad


A veces aceptar que no estoy de acuerdo es el mejor de los acuerdos.

Proverbios 10:32-33.
La boca del justo sabe hablar lo que agrada.