El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que
tengan vida. Juan 10.10
Comenzamos de
esta manera una serie de estudios incluidos bajo el título de conductas
autodestructivas. No nos proponemos hacer una investigación profunda del mismo
sino abrir un espacio de lectura de reflexión y de posibilidad de cambio y da
salud emocional y espiritual. A modo de introducción decimos que…
Algunas personas
incurren en conductas que no son muy buenas ni saludables para ellas. La
búsqueda de placer inmediato trae como consecuencia hacerse daño sin quererlo
muchas veces. Comer en exceso, elegir el sufrimiento, agredirse físicamente,
consumir sustancias, ingesta de pastillas no recetadas por un clínico, descuido de la salud, son
entre otras, manifestaciones de conductas autodestructivas. Detrás de estas
evidencias, existe una persona lastimada, agredida y desvalorizada. Sin
autocontrol y con un monto de impulsividad que ha ganado terreno poco a poco.
Lamentablemente hasta el suicidio entra en la escalera descendente hacia la
destrucción de sí mismo. Es triste y desalentador pensar que esto puede
suceder, pero lo cierto es que ocurre y más de lo que te imaginas. El
sufrimiento de quienes padecen este desajuste emocional y afectivo raras veces
se comparte. Se sufre en soledad. Almas tristes que necesitan castigarse a sí
mismas para sentirse vivas.
Quizá tú seas
una de esas personas. El sentido de compartir esta lectura es para que sepas
que no estás solo. Puedes compartir tu carga. La lucha en soledad aumenta tu
desesperanza ¿Te descontrolas cuando algo se te frustra? ¿Tus impulsos te
lastiman si algo te sale mal? Entonces, estas en problemas amigo. Necesitas
ayuda. No te engañes. El enemigo confundirá tus pensamientos. Te llevará a un
lugar de acostumbramiento y de rendición para que no luches más. Solo el amor,
la valoración y el perdón de Jesús harán nuevas todas las cosas. Él puede
reparar tu corazón lastimado, devolver lo que la tristeza te robó y construir más
allá de lo que hoy percibas como destruido. El propósito del encuentro con
Jesús es darte vida y vida en abundancia. Acompañarte, estimarte y darte un
sentido distinto a tu concepto de ti mismo. No le entregues al enemigo la
autoridad de tus impulsos. Deja que Cristo tome el control y te devuelva esa
autoridad para que crezcas en amor hacia Dios, hacia ti mismo y hacia los
otros.
Entre los
individuos que mueren por suicidio, entre el 50% o el 60% han manifestado
alguna vez alguna conducta autodestructiva. ¡No le quitemos importancia!
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