“Entonces vuelto el
Señor, miró a Pedro y Pedro se acordó” Lucas 22:61
No hay duda que los ojos
expresan nuestras emociones. Acompañamos con la mirada cada estado del alma. La
experiencia visual es el resultado de un proceso no sólo producto de los
sentidos, sino de complejos sistemas de conexiones en nuestro cerebro. Al menos
un cuarto de cerebro está involucrado en el proceso de la visión. Entendemos el
mundo que nos rodea mirándolo. Percibimos sus formas y sus colores, así como
también, guardamos secretos en los ojos. Acumulamos rencores, engaños, traiciones,
tristezas, alegría y amores. En el año 2010 una película argentina fue premiada
como mejor película extranjera con un Oscar. El título de la misma era justamente:
“El secreto de sus ojos”. La trama hacía referencia a la persistente
investigación que un agente judicial persigue para descubrir al autor del
crimen de una joven en su departamento. Le lleva años descubrir al asesino y
llega hasta él siguiendo la pista de “Sus ojos”. Es la mirada de este joven
hacia la chica en una fotografía vieja,
lo que lo pone en evidencia.
Amigas nuestras miradas no quedan afuera de esta
realidad. Hoy quiero que pienses en los secretos de “Tus” ojos. En aquellas verdades
de tu alma que sólo tú conoces y que no te animas a poner en palabras. Si hay
una escena que me gustaría repetir en el cielo para estar presente, es esta del
relato cuando entre Jesús y Pedro se cruzó una mirada SIN palabras. ¡Cuántas
cosas se dijeron ambos sin hablar! Todos los secretos que Pedro venía guardando
en su corazón quedaron al descubierto en la mirada del Maestro. Miedos,
vergüenza, terror, inseguridad y traición, seguramente fueron las palabras que
Pedro le dijo a Jesús al mirarlo. Y un TE AMO más allá de todo, lo que Jesús le
respondió con la suya. Solamente Tú sabes qué cosas guardas en tu alma y no
puedes expresar, tú eres la dueña de tus secretos, de tus engaños, de tus
miedos, de tus vergüenzas y dolores. Si
abres tu corazón a Jesús, El abrirá tu mirada.
UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER © Copyright 2016 por Miriam Martini
“Abre
mis ojos y miraré las maravillas de tu ley”. Salmo 119:18
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