“Les aseguro que esto
que ella hizo se recordará en todos los lugares donde se anuncie el evangelio”.
Marcos 14:9
Las cosas que pasan
cotidianamente en la intimidad de una casa pueden cansarnos, saturarnos,
estresarnos y dejarnos el gusto monótono de la rutina. Nos convertimos en
autómatas de la tiranía de “Lo que debo hacer”. Lo más crítico es que muchos de esos días
perdemos el sentido de trascendencia en lo que hacemos sea cual fuere nuestro
rol: madre, esposa, hija, abuela. Etc. Quizá porque calificamos de
trascendentes sólo a aquellos momentos muy especiales. Damos más valor a un día
de cumpleaños, una navidad, el primer día de clases u otros de tantos. Sin
darnos cuenta dejamos pasar como si nada aquellos comunes. Los días de “Todos
los días”. En este relato hay una mujer en uno de esos días donde un banquete,
como tantos otros, se estaba sirviendo en su casa. No era la primera vez que
Jesús se hospedaba en este lugar. Era común esta visita. Eran amigos, pero este
encuentro serio trascendente. María, la hermana de Lázaro, se corrió de lo
natural de ese banquete para transformarlo en algo sobrenatural, maravilloso y
único. Jesús reconoce que esta mujer había hecho lo único que podía hacer,
ungiéndolo para su muerte que estaba muy cerca. Nadie había percibido esta
necesidad de Jesús. Todos hicieron lo que siempre se hacía, comer y compartir
el encuentro. Ella hizo algo más allá y trascendió. A lo largo de la historia,
en cualquier lugar del mundo donde se predique el evangelio, se recordará el
gesto de amor de esta mujer que entendió el significado de la muerte de Jesús.
“Amigas, que no nos capture la rutina. Que no perdamos la visión de
trascendencia que tiene todo lo que hacemos como mujeres. Que podamos convertir
en sobrenaturales los momentos más naturales del día. Que tu entrega sea
alabada, mencionada, recordada más allá de tu casa y que cuando se nombre el
evangelio, eso tenga que ver también contigo.
UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER © Copyright 2016 por Miriam Martini
“Lo rutinario de una casa puede convertirse en trascendente
para el avance del Evangelio”
María, hermana de Lázaro