Me causó mucha gracia leer un grafiti que decía: “Año nuevo vida
nueva, lo pasado pisado, lo bueno guardado y lo malo aplastado”. ¡Como si fuera
tan sencillo! (Pensé cuando lo leí)
Tuve la posibilidad de visitar las ruinas de Tikal en Guatemala. Todos
los vestigios de lo que fue la civilización Maya afloran en cada una de las
construcciones que, gracias al esforzado trabajo de arqueólogos y antropólogos,
entre otros, pudieron realizar tras años y años de desenterrar lo que el paso
del tiempo había dejado sepultado debajo de sedimentos de tierra y forestación
que ocultaban dicha maravilla histórica y cultural. Lo asombroso de esta ciudad
es que el 80% de la misma aún sigue enterrada. Y aunque no se pueda ver dónde está
el resto de las ruinas, sabemos que ahí están.
Amigas nuestras vidas también tienen “Pasados”. Situaciones, personas, errores, injusticias y
frustraciones que muchas veces nos oprimen ocultando dolor, fracaso y desilusión.
Disimulamos, enterramos, callamos para no preocupar a nadie o por vergüenza. Callamos
porque creemos que ya pasó y que no tendría sentido trabajar en eso ahora. Pero
el tema es que, si no resolvemos, no nos extendemos hacia adelante y corremos
el riesgo de quedar atrapadas en esas ruinas del alma y del corazón. Vivimos
bajo el slogan: “Lo que importa es el hoy” y si bien es cierto que nuestro
presente es importante, somos mujeres atravesadas por una historicidad a la que
es bueno prestar atención. ¿Cuáles son esas ruinas de tu pasado que no te
permiten extender a cosas nuevas? ¿Qué
te impide ir hacia adelante y proyectarte hacia lo nuevo? No se trata de negar
ni de olvidar, sino de encontrar los significados que necesites para poder,
parada en este presente, mirar con fe hacia el futuro. Y ¿Qué será lo que está
adelante? Todo lo que eternamente en la mente y el corazón de Dios estuvo
dispuesto para ti.
No
se trata de negar ni de olvidar sino de encontrar significado.
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