viernes, 11 de marzo de 2016

¿En quién confías?

 En Ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuánto Tú no desamparaste a los que te buscaron Salmo 9:10
¿En qué confías? Sabes que muchas personas sufren angustia, tristeza, desánimo, insomnio y otros males por el solo hecho de haber perdido la confianza. Quizá tú seas una de ellas. La confianza y el conocimiento aparecen como dos caras de una misma moneda. Al nacer, los seres humanos somos totalmente dependientes. Sería imposible la supervivencia si no hay asistencia total de un adulto que alimenta y cuida. Es en estos primeros momentos de la vida y en los siguientes, donde  los apegos se van construyendo. Un contexto de “Apego seguro” en dónde se proveyó de alguna manera seguridad al niño, aporta la materia prima necesaria para que la confianza se desarrolle. Confianza en sí mismo, en las propias posibilidades y confianza en los otros. En los casos dónde la historia personal estuvo atravesada por apegos “Inseguros” por falta de estos cuidados y seguridad, es probable que la confianza en ese futuro adulto quede en parte dañada, afectada y se constituya una variedad de aspectos en el carácter derivados de esta inseguridad fundante. Podemos confiar en la medida que conocemos a aquel en quien depositamos la confianza.
 Así, del mismo modo ocurre con Dios. A lo largo de la historia, el ser humano se separó y distanció de la presencia de Su presencia. Esto generó una brecha tan grande que el desconocimiento se acrecentó y esa relación quedó dañada afectando también la confianza y la seguridad en nuestro modo de vivir la vida. Este salmo nos invita a  confiar en términos de conocimiento de Su nombre. ¿Cómo crecer en la confianza  hacia El?  Meditar en  la palabra de Dios. Ese nuestro manual de conexión con Dios. Su Palabra es Verdad y allí Él se revela de manera real y concreta para que lleguemos a conocerlo.  Nuestras lógicas cambian hacia las lógicas divinas y nuestra fe crece para sostenernos  afirmando nuestras vidas en lo que Él Es.
Hay en la Biblia muchos ejemplos de hombres y mujeres que confiaron más allá de las circunstancias porque conocían a Aquel  en quien habían depositado su confianza. Hebreos 11 es el capítulo que sobresale en ejemplos de Fe, de confianza. Son Héroes en este tema.
¿Qué es lo que permitió que confiaran así? Estoy segura que fue el conocimiento que habían alcanzado de Dios pero también, la posibilidad de entrega personal. Cuando dejamos que Él sea quien tiene el control, nosotros nos corremos del centro y Jesús ocupa el lugar. Allí nos sorprende, nos confirma y nos enseña que Él  es un ancla segura.
También puede pasar que tú necesites más tiempo para confiar o más pruebas para sentirte seguro. Tal fue el caso de Gedeón, el juez de Israel que necesitó confianza antes de ir a la batalla contra los madianitas. (Jueces capítulo 6) o de Tomás , el discípulo que no confió tan rápidamente en la resurrección y necesitó Ver las manos de Jesús.(Juan 20:27)  hasta que pudo decir ¡Señor mío y Dios mío! Una vez que logró afirmar su confianza.
Por eso, te animamos desde este programa a que te animes a depositar y entregar tu confianza en el único que permanece FIEL. Aunque todo alrededor cambie. El no desampara a quien le busca.



La confianza sube en escalera y baja en ascensor  por eso mira en quién la depositas.

Jesús es tu lugar seguro.



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