Una historia cuenta que un anciano decidió enseñar a su nieto acerca de la crítica y para eso salió con el niño a dar un paseo por el pueblo.
Al ver llegar al niño y a al anciano caminando al lado de su burro a quien llevaban de la soga, la gente dijo: “Miren que tontos son ese niño y el viejo, pudiendo andar en burro caminan y se cansan.”
El anciano entonces puso al niño en el lomo del burro y siguió su camino. Al pasar por otro pueblo un grupo de ancianos que miraba dijo: “Ya ven… los jóvenes han perdido lo valores. Miren a ese niño, va muy cómodo en el burro mientras el pobre viejo camina cansado.”
Fue así que el anciano entonces se subió también y ambos, niño y abuelo siguieron camino.
Al pasar por otro lugar la gente dijo. “Miren que desconsiderados esos dos. Parece que no se dan cuenta que es demasiado peso para ese pobre burro y le quebraran el lomo”.
Así es la crítica… no para… nada la conforma!!!
El anciano entonces puso al niño en el lomo del burro y siguió su camino. Al pasar por otro pueblo un grupo de ancianos que miraba dijo: “Ya ven… los jóvenes han perdido lo valores. Miren a ese niño, va muy cómodo en el burro mientras el pobre viejo camina cansado.”
Fue así que el anciano entonces se subió también y ambos, niño y abuelo siguieron camino.
Al pasar por otro lugar la gente dijo. “Miren que desconsiderados esos dos. Parece que no se dan cuenta que es demasiado peso para ese pobre burro y le quebraran el lomo”.
Así es la crítica… no para… nada la conforma!!!
Jesús siempre s intereso en que los cristianos formemos una cultura que rompiese con los valores trazados por este mundo y vivamos según los valores del reino.
Vivir bajo este nuevo orden sería algo así como una contracultura (John Stott)
En el sermón del Monte deja plasmado ese modelo que por supuesto incluye entre otras cosas el modo de relacionarnos unos con otros.
Cuando se refiere a esto dice en Mateo 7:1-5: No juzguen a los demás y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que tratan a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgara a ustedes... ¿Y por que te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo. Cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo?
Vivir bajo este nuevo orden sería algo así como una contracultura (John Stott)
En el sermón del Monte deja plasmado ese modelo que por supuesto incluye entre otras cosas el modo de relacionarnos unos con otros.
Cuando se refiere a esto dice en Mateo 7:1-5: No juzguen a los demás y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que tratan a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgara a ustedes... ¿Y por que te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo. Cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo?
Estas palabras de Jesús no significan que seamos ingenuos para emitir criterios personales o discernir entre lo bueno y lo malo o evaluar críticamente las diferentes situaciones relacionales esto es bueno y necesario para definir posicionamientos como sujetos. Lo que Jesús prohíbe es la inclinación a censurar, a ser “Descubridores de faltas” a destruir al otro con lo que señalo de él.
La crítica nos pone en un lugar de superioridad, en el pedestal de jueces otorgándonos a nosotros mismos la autoridad de poder juzgar lo que el otro es o lo que el otro hace. Esto resulta ser muy peligroso porque con esa misma ley, seremos juzgados nosotros mismos entonces se puede volver en contra nuestro juicio y nuestra sentencia.
Por otro lado pone el ejemplo de una astilla en el ojo.
No hay cosa más molesta que tener en el ojo una basurita pero intentar sacársela a otra persona cuando yo ni puedo con la mía es más molesto todavía.
Tenemos la tendencia de exagerar las faltas de los demás y a reducir las nuestras perdiendo la objetividad en dicha comparación.
Lo que enseña Jesús es que antes de intentar limpiar el ojo de otro …cada uno se revise y limpie su propio ojo para ver con claridad y recién ahí ayudar o señalar algo para construir y edificar en vez de destruir y juzgar.
“Necesitamos ser tan críticos con nosotros como a menudo lo somos con otros y tan buenos con otros como lo somos con nosotros”.
Cuando criticamos o nos quejamos aumentan nuestros sentimientos de enojo, el negativismo y la amargura.
La crítica y la queja ponen en evidencia un corazón poco agradecido y que proyecta todo el tiempo hacia afuera, hacia los otros, aspectos no aceptados de sí mismo.
La crítica y la queja no mejoran las relaciones sino que crean un clima de dolor, enojos, daños y separaciones.
Proverbios 18:21 dice que con tu lengua puedes traer vida o muerte así que te invito a revisar tu corazón y tus palabras para que tomes decisiones concretas con este veneno que no solo te mata a vos sino que mata relaciones y lastima a muchos amigos.
La crítica nos pone en un lugar de superioridad, en el pedestal de jueces otorgándonos a nosotros mismos la autoridad de poder juzgar lo que el otro es o lo que el otro hace. Esto resulta ser muy peligroso porque con esa misma ley, seremos juzgados nosotros mismos entonces se puede volver en contra nuestro juicio y nuestra sentencia.
Por otro lado pone el ejemplo de una astilla en el ojo.
No hay cosa más molesta que tener en el ojo una basurita pero intentar sacársela a otra persona cuando yo ni puedo con la mía es más molesto todavía.
Tenemos la tendencia de exagerar las faltas de los demás y a reducir las nuestras perdiendo la objetividad en dicha comparación.
Lo que enseña Jesús es que antes de intentar limpiar el ojo de otro …cada uno se revise y limpie su propio ojo para ver con claridad y recién ahí ayudar o señalar algo para construir y edificar en vez de destruir y juzgar.
“Necesitamos ser tan críticos con nosotros como a menudo lo somos con otros y tan buenos con otros como lo somos con nosotros”.
Cuando criticamos o nos quejamos aumentan nuestros sentimientos de enojo, el negativismo y la amargura.
La crítica y la queja ponen en evidencia un corazón poco agradecido y que proyecta todo el tiempo hacia afuera, hacia los otros, aspectos no aceptados de sí mismo.
La crítica y la queja no mejoran las relaciones sino que crean un clima de dolor, enojos, daños y separaciones.
Proverbios 18:21 dice que con tu lengua puedes traer vida o muerte así que te invito a revisar tu corazón y tus palabras para que tomes decisiones concretas con este veneno que no solo te mata a vos sino que mata relaciones y lastima a muchos amigos.
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