“Jesús dijo: No se
angustien ni tengan miedo” Juan 14:27
El miedo no es cosa de mujeres.
Los hombres y las mujeres lo padecemos porque temer es parte de nuestra naturaleza.
Si bien, no todos le tememos a lo mismo, en algún punto de nuestra vida
sentimos miedo o el temor nos domina. Algunos son racionales. Es lógico temer
ante alguna enfermedad o ante las catástrofes o aún ante lo desconocido. Pero
ocurre muy a menudo que, las personas están sufriendo por miedos irracionales.
Miedos tan intensos que hasta llegan a enfermarse de pánico. Se aíslan y
limitan poco a poco su vida y su experiencia.
Sienten que, al no poder vencerlos, es mejor acomodarse a los mismos.
Buscan a veces apoyos “mágicos” para sostenerse ante ellos, amuletos, piedras,
objetos o rezos que sólo son acompañantes en medio de tales sufrimientos. Y
digo sufrimientos porque temores así, se “sufren”. No son intencionales.
Amiga, si padeces algo así,
seguramente te sentirás presa de ti misma. ¿No es cierto? Quizá también te enfrentes a la incomprensión
de aquellos que te rodean. Te sientes avergonzada por temer y hasta paralizada
ante este estado. Te sugieren que pongas fuerza de voluntad, pero tú no puedes
y añades más culpa por no lograrlo. Te dicen que son cosas de tu mente, pero tú
no lo puedes manejar. Has perdido así amigas, lugares comunes y hasta quizá la
autoridad ante tus hijos y tu familia. Ocultas lo que te pasa por vergüenza,
pero no sabes qué hacer. No entiendes tampoco por qué te pasa. Disimulas,
finges. Niegas mostrarte tal cual eres para que no te juzguen ni te critiquen. Esto
no es la vida que Jesús quiere para ti. Él no te creó para que vivas dividida
entre tu miedo y tu vergüenza. Él quiere que saques tus temores a la luz y que
los consideres a la luz de las victorias de Cristo. Habla con alguien de
confianza acerca de tus temores. Revisa cómo los construiste y luego entrégalos
a los pies de la Cruz.
UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER © Copyright 2016 por Miriam Martini
Si sólo intentamos escapar o
encubrir nuestros miedos, más los reforzamos y potenciamos.