viernes, 3 de febrero de 2017

¡No puedo dejar de hacerlo!


“Hagan morir pasiones desordenadas que acechan dentro de ustedes”. Colosenses 3:5

Entre tantas conductas que entorpecen nuestro desarrollo personal integral hoy haremos una Pausa para pensar en las adicciones. Puede ser que, al leer este primer reglón, decidas saltarlo por creer que este no es tu problema. ¿Me equivoco?  Avanza unos renglones más, solamente para darte cuenta que quizá padezcas algo similar sin darte cuenta. Conductas adictivas, compulsiones, engaños y mentiras se dan la mano. Forman un frente rígido que termina limitando, esclavizando y atando tu vida al deterioro y al sufrimiento. Si tuviéramos que identificar este padecimiento, podríamos reconocerlo como un hábito repetitivo, compulsivo que crece progresivamente, se afirma hasta constituirse en el objeto de la vida. Es difícil para la persona reconocer que algo la esta dominando. Por eso miente, engaña, se auto- engaña. No sólo las sustancias son el objeto de una adicción. Personas, tecnología, trabajo, alimento, internet, pornografía, también son parte de este flagelo. Sin embargo, la adicción no es realmente el problema. La adicción es el síntoma. Es la forma que toma el problema. Es lo que se ve. Debajo de esto hay una necesidad de afecto, de valoración, de poner en palabras. Una identidad lastimada por la historia. Vivimos en un contexto en el cual se promueven las adicciones. Se facilitan cosas para tapar la verdadera necesidad. Pero son sólo “Cosas”. Terminan esclavizando y generando más dependencia.

Amiga, Jesús conoce tu falta. Conoce tus apegos y tus desapegos. Tus temores. Tus inseguridades. Tus complejos. Él vino para dar VIDA y para que tu vida no sea escasa sino abundante. Su LIBERTAD puede librarte de vicios y dependencias. Te encuentra donde estés y allí renueva la esperanza. Si sufres el dolor de no poder dejar de hacer algo, que, aunque te haga mal, lo repites una y otra vez, no estás tan lejos de este tema. Reconocer tu necesidad es el primer paso hacia tu libertad. Encontrarte con Jesús, es tu experiencia de llenura y satisfacción.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

El mundo ofrece cosas. Jesús provee VIDA.

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