viernes, 24 de febrero de 2017

Respeto ¡Por favor!


“Contigo estoy para librarte, dice Jehová”. Jeremías 1:8

Una de las voces más actuales y populares en la lucha contra la igualdad de género es la de la famosa actriz Emma Watson, más conocida aún por su personaje de Hermione Granger, en la saga de Harry Potter. Como embajadora de buena voluntad en la ONU, promueve la defensa de los derechos de la mujer en todo el mundo, incluyendo a los hombres a sumarse en esta lucha e intentando romper la histórica rivalidad entre feminismo y machismo. Más allá de lo novedoso de su discurso y del impacto que está causando, especialmente en el público más joven, lo que Emma hace no alcanza todavía. Basta mirar algunas noticias para sorprenderse con las estadísticas. Miles de mujeres siguen víctimas de la violencia, el maltrato y la discriminación. La historia de hoy nos remonta en el tiempo a la época del Señor Jesús. Las leyes de ese momento no favorecían absolutamente en NADA a mujeres como las del relato. (Aún hoy en muchas culturas tampoco las favorece). Un grupo de “Maestros de la ley “trae ante Jesús a una mujer que, según ellos, había sido sorprendida teniendo relaciones sexuales con alguien que no era su marido. Pero lo que les importaba realmente, NO ERA resolver la situación de esta mujer, sino que lo que buscaban era PROBAR a JESÚS y tener evidencias para arrestarlo según lo que respondiese.

Amigas, volvamos entonces a esta mujer, fue así el OBJETO de la escena. Puesta como una cosa. Tirada. Arrastrada allí en el piso. Avergonzada. Ridiculizada. Expuesta ante muchos por lo que había hecho y por los errores cometidos. Sin juicio justo y amenazada a quedar bajo una montaña de piedras esa misma tarde. Pero un Hombre, Jesús, la miró con Respeto. Eso fue suficiente para que ella encontrara el verdadero Amor. Un amor que no yacía en la cama de nadie sino en la mirada misericordiosa y comprensiva del Señor.” Vete no peques más” fue el mejor signo de respeto y Justicia.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

De los 12 países con más índice de femicidios, 9 están en América Latina. Para pensar.

viernes, 17 de febrero de 2017

Dame de beber



“Una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo y Jesús le dijo: Dame de beber”. Juan 4:6

Ser mujer en algunos contextos culturales no es nada fácil. Tampoco lo fue en otros tiempos.
En la época de Jesús ser mujer y ser mujer samaritana era objeto de desprecio para los judíos religiosos. La mujer de esta historia, agregaba una contra más, vivía con un hombre que no era su esposo. O sea que su matrimonio no era convencional, podría decirse que estaba por fuera de la ley. Demasiados aspectos negativos en comparación con otras mujeres de su barrio. Es difícil comprender por qué Jesús entonces, la elige a ella, ¡Sí! ¡Justamente a ella! para pedirle agua. Hasta sus propios discípulos miraron con extrañeza esta escena. Entre tantas otras interpretaciones que puedo darle a este encuentro, una de las que más me gusta es ver a Jesús quebrando las barreras que separan a la humanidad por raza, clases sociales, condiciones de vida e ideologías. Al decirle “Dame de beber”, más allá de pedirle agua, Jesús estaba pidiéndole: “Déjame entrar en una relación contigo. Hablemos. Hablemos de lo que te pasa. Permíteme darme a conocer. Elige tú beber del agua que YO te daré”. Para que la mujer pudiese entrar en esa relación con Jesús ella necesitaba reconocer su necesidad. El único modo de tener ese registro era en contacto con el Maestro. Este encuentro está pintado con los colores de la comprensión, la empatía, el amor y la bondad de un Jesús que no sólo señaló el pecado, sino que PROVEYÓ la oportunidad de perdón, de cambio y de bienestar para la samaritana.

Amiga, no sé cuál es tu concepto de Jesús. Es más, quizá ni siquiera te acerques a ÉL porque ya te sientes en falta antes de mencionar Su nombre. Te invito a viajar con la imaginación hasta este pozo de agua y contemplar que esta mirada de amor, de amistad, de bondad y de salvación sigue tan vigente para ti en este mismo presente. No desperdicies la oportunidad de encontrarte con Jesús allí donde estés.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

Jesús rompe las barreras que TE impiden llegar a una amistad con Él simplemente porque TE AMA.

viernes, 10 de febrero de 2017

Vengan a mí


“Vengan a Mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y Yo les daré descanso”. Mateo 11:28
Cada vez resulta más común que, la calidad de nuestra vida emocional, física, espiritual y social se vea afectada por el exceso. Cansancio, agotamiento y fatiga son manifestaciones de un ritmo que no para y de una agenda a la que le faltan horas o le sobra actividad. Es más, hoy no se habla tanto de cansancio sino de Estrés.  No todo el estrés tiene que ver justamente con el agotamiento y no todas las mujeres se estresan, sin embargo, las manifestaciones de una vida “Agotada” son peligrosas y pueden causarnos serios problemas. Cada una de nosotras atraviesa tarde o temprano crisis vitales, proyectos que se frustran, complicaciones y pérdidas. Afrontar una y otra vez estas situaciones, puede que nos deje sin los recursos necesarios para salir invictas. Es así como nuestro sistema inmunológico físico, emocional y espiritual pierde vitalidad. Nos enfermamos, nos desanimamos y perdemos el gozo y la esperanza, entre otras cosas.
Amigas Jesús se anticipó a este malestar. Sus palabras son: “Vengan a Mí que Yo les daré descanso” Pero ¿Qué es venir a Jesús? Una cosa es ir a una religión o a una iglesia, otra muy distinta es ir a Dios. Una cosa es cumplir con un credo, otra cosa es conocer a Dios. Una cosa es tener a Dios en tu boca, otra cosa es que Dios te hable. Venir a Jesús es cuestión de entrega. Encontrar descanso en Él es posible sólo cuando por la fe, acudimos a Sus recursos, a Su poder y a Su persona.  La invitación es “Vengan TODAS”. No hay distinción de etnia, de clase social, o de estilo de vida que te deje afuera de ese descanso. Un descanso que no se limita a situaciones de estrés. El descanso que Él provee es la PAZ completa. Una Paz que puede afrontar las dificultades de este presente, pero que también te promete Su presencia en todo momento.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

La vida te distrae con muchas cosas para hacer. Jesús te ofrece una relación con Él para fortalecer.

viernes, 3 de febrero de 2017

¡No puedo dejar de hacerlo!


“Hagan morir pasiones desordenadas que acechan dentro de ustedes”. Colosenses 3:5

Entre tantas conductas que entorpecen nuestro desarrollo personal integral hoy haremos una Pausa para pensar en las adicciones. Puede ser que, al leer este primer reglón, decidas saltarlo por creer que este no es tu problema. ¿Me equivoco?  Avanza unos renglones más, solamente para darte cuenta que quizá padezcas algo similar sin darte cuenta. Conductas adictivas, compulsiones, engaños y mentiras se dan la mano. Forman un frente rígido que termina limitando, esclavizando y atando tu vida al deterioro y al sufrimiento. Si tuviéramos que identificar este padecimiento, podríamos reconocerlo como un hábito repetitivo, compulsivo que crece progresivamente, se afirma hasta constituirse en el objeto de la vida. Es difícil para la persona reconocer que algo la esta dominando. Por eso miente, engaña, se auto- engaña. No sólo las sustancias son el objeto de una adicción. Personas, tecnología, trabajo, alimento, internet, pornografía, también son parte de este flagelo. Sin embargo, la adicción no es realmente el problema. La adicción es el síntoma. Es la forma que toma el problema. Es lo que se ve. Debajo de esto hay una necesidad de afecto, de valoración, de poner en palabras. Una identidad lastimada por la historia. Vivimos en un contexto en el cual se promueven las adicciones. Se facilitan cosas para tapar la verdadera necesidad. Pero son sólo “Cosas”. Terminan esclavizando y generando más dependencia.

Amiga, Jesús conoce tu falta. Conoce tus apegos y tus desapegos. Tus temores. Tus inseguridades. Tus complejos. Él vino para dar VIDA y para que tu vida no sea escasa sino abundante. Su LIBERTAD puede librarte de vicios y dependencias. Te encuentra donde estés y allí renueva la esperanza. Si sufres el dolor de no poder dejar de hacer algo, que, aunque te haga mal, lo repites una y otra vez, no estás tan lejos de este tema. Reconocer tu necesidad es el primer paso hacia tu libertad. Encontrarte con Jesús, es tu experiencia de llenura y satisfacción.

UNA PAUSA EN TU VIDA MUJER  © Copyright 2016 por Miriam Martini

El mundo ofrece cosas. Jesús provee VIDA.