“Mantenme fiel a tus enseñanzas para no pecar contra Ti” Salmo 119:11
Si bien parece ser el título de una vieja película del año ’37, este encabezamiento nos plantea una posición que el ser humano puede (y de hecho lo hizo) tomar con respecto a las leyes y las normas de convivencia sociales y morales. Desde el principio de los tiempos, en el Génesis, vemos a un ser humano posicionado radicalmente en transgredir la única ley establecida y puesta por Dios. Luego de Adán, también su descendiente Caín se posiciono aún más en contra cometiendo el asesinato de su propio hermano y luego Lamec, un perverso y depravado hombre fueron dejando la marca de una humanidad que eligió sus propias leyes.
Si tuviésemos que pensar un término acorde a esto, podríamos usar la palabra “Marginalidad”. Etimológicamente significa: “quedar en los márgenes, perder el centro.” Por eso, es un gran error asociarla solamente con una cuestión de clase socio económica como comúnmente lo hacemos al hablar de marginales.
Todos aquellos que deciden manejarse según sus propias leyes, corren las leyes divinas, las sociales y morales del centro. Las consecuencias están todos los días a nuestra vista: Maltratos unos a otros, delincuencia, privaciones de derechos humanos, muertes y robos ocupan las primeras planas de las noticias. Estar fuera de la ley, parece ser lo natural y aceptado.
Ahora bien, ¿Qué es estar en el centro de la ley?
El Salmo 119, entre otros tantos consejos de la Biblia nos motiva, anima y entusiasma con los beneficios que pueden tener aquellos que deciden pararse en el centro de Su Verdad, la Verdad de Dios. Son 176 versos y cada uno de ellos refuerza la importancia de centralizar la vida de esa forma. La Ley de Dios, limpia, instruye, vivifica, da sentido, da entendimiento, corrige y sostiene. Nada obstruye la posibilidad de tomar en serio la Verdad de Dios. El único obstáculo somos nosotros mismos. Dice en el libro de Santiago 1:22-25 que podemos ser oidores y también hacedores de Su Palabra y gozar así de las bendiciones de serlo. Pero, por otra parte, ser oidor y oidor olvidadizo nos pone una y otra vez en los márgenes.
Si queremos una vida mejor y una sociedad de tolerancia, respeto y solidaridad, la única manera es hacer de la ley de Dios el centro de nosotros y por ende de nuestra comunidad.
Solamente en la Verdad de Dios hay vida y sus principios y preceptos son Verdad y Paz.
viernes, 30 de septiembre de 2016
domingo, 11 de septiembre de 2016
Un devocional a tu medida: Una pausa en tu vida MUJER
En el mes de octubre haré el lanzamiento de mi primer libro. Por la gracia de Dios pude volcar en estas paginas experiencias vividas a través del estudio de la Palabra y del diario transitar en los diferentes roles como mujer. Un devocional a tu medida, con una mirada liberadora de lo que Dios quiere diariamente en nuestras vidas. No te lo podes perder. Podes reservar desde ya tu ejemplar.
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